Visión

Cultivo una visión de sociedad que reconoce su historia con apertura, acoge el sufrimiento con dignidad y responde al vacío existencial con profundidad. En esta comunidad, el vínculo con el otro, con la verdad y con el sentido se convierte en fundamento de convivencia. La conciencia intergeneracional permite que las heridas heredadas se transformen en caminos de reconciliación, y que la memoria compartida inspire una cultura del cuidado, la justicia y la esperanza.

Misión

Acompaño procesos que restauran el sentido en contextos marcados por dolor, fragmentación y pérdida de orientación moral. Promuevo una práctica que une logoterapia, educación ética y diálogo profundo para formar personas capaces de convertir la inquietud interior en compromiso con el mundo. Cada consulta, cada palabra y cada proyecto expresa una vocación de servicio que honra la dignidad humana y despierta la conciencia del otro como camino hacia el bien común.

Valores Fundamentales

  • Memoria con conciencia: La historia heredada se convierte en fuente de reflexión, identidad y transformación.
  • Dignidad humana: Cada persona encarna un valor irreductible que merece ser reconocido, acompañado y celebrado.
  • Sentido como medicina: El propósito vivido fortalece la resiliencia y orienta la acción ética.
  • Escucha ética: La atención profunda abre espacios de sanación, encuentro y reconocimiento mutuo.
  • Compromiso con el otro: La preocupación por el mundo se convierte en acción concreta, inspirada por la responsabilidad compartida.

Herencia y Legado

La historia familiar forma parte de una memoria viva que inspira vocación y servicio. En territorios marcados por tensiones entre poder y dignidad, la conciencia heredada se convierte en brújula ética. Como han expresado pensadores como Viktor Frankl, Emmanuel Levinas y Edith Stein, el legado cultural y espiritual ofrece raíces para la responsabilidad y alas para la transformación.

La apertura al pasado permite que la verdad se convierta en semilla de reconciliación interior y comunitaria. Al compartir esta historia, afirmo que el sentido florece en el reconocimiento de lo heredado, y que la memoria asumida con humildad fortalece el compromiso con la justicia, la esperanza y el bien común.